El video que muestra a la presidenta Claudia Sheinbaum siendo acosada en pleno Centro Histórico revela una realidad alarmante.

si una mujer que representa el más alto nivel de autoridad en el país, rodeada de un equipo de seguridad puede ser víctima de acoso sin que nadie reaccione de inmediato, ¿qué puede esperar una mujer común en la calle?

El hecho trasciende la anécdota.

No se trata solo de un error en el protocolo de seguridad, sino de un reflejo de cómo el acoso hacia las mujeres continúa normalizándose, incluso frente a los ojos de quienes deberían protegernos.

La reacción tardía del equipo de seguridad muestra la falta de preparación y sensibilidad ante una agresión que, aunque breve, es inaceptable bajo cualquier circunstancia.

Este episodio revela que ninguna mujer está exenta de sufrir violencia, sin importar su cargo, poder o posición.

Y porn tanto urge replantear la forma en que como sociedad entendemos y enfrentamos el acoso

Porque si el cuerpo de seguridad de una presidenta no reacciona ante un acto tan evidente, ¿cuántas veces se ignoran las alertas cuando la víctima no lleva un cargo público ni cámaras alrededor?

Toda mujer merece respeto y trato digno, sin verla como objeto.

La seguridad y la dignidad son derechos que deben garantizarse para todas, no privilegios que se conceden.

Por Mayra Sierra / inteligencia Colectiva

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido y tu dirección IP ha sido registrada. ¡Gracias!