Chetumal, 30 de octubre. – El Centro Comunitario Wayak llega a su décimo aniversario como un espacio fundamental para la integración de la comunidad de Mahahual, consolidándose no solo como un lugar físico, sino como el corazón de este poblado costero. Desde sus inicios, los colaboradores de Wayak han trabajado arduamente para fomentar la educación, la cultura y el desarrollo integral de la comunidad, con un enfoque especial en niñas, niños, adolescentes y mujeres.

En el marco de esta celebración, la presidenta honoraria del Sistema DIF Quintana Roo, Verónica Lezama, en representación de la gobernadora Mara Lezama, fue la invitada de honor al festival organizado por la comunidad que ha logrado encontrar en este un lugar seguro, un pilar que sostiene a una población heterogénea, pero con un mismo fin, el de impulsar a las nuevas generaciones.

«Cuando las cosas se ven bien y se sienten correctas, las personas buenas inspiran a otras buenas, y juntas avanzan en la misma dirección. Quiero destacar esto como una esperanza. Sin embargo, aún necesitamos fusionar nuestros esfuerzos para maximizar los beneficios de estos proyectos. Es fundamental valorar a cada persona que contribuye con su tiempo y esfuerzo. Agradezco profundamente el apoyo y, a quienes han estado presentes en este proyecto, quiero que sepan que sus contribuciones son el cimiento para que muchos logren sus metas. Gracias a todos.»

Y a través de este reconocimiento es que la representante de la gobernadora comprometió su apoyo para que Wayak sea vinculado al programa ‘Pilares’ como parte del proyecto piloto dentro de la Estrategia Especial para la Construcción de Paz en los 50 Municipios Prioritarios de México, promovido por la presidenta Claudia Sheinbaum cuando gobernó la Ciudad de México.

Senaida Gómez, directora del centro, expresó su alegría y emoción al celebrar este logro junto a voluntarios, empresarios locales, maestros y demás aliados que por 10 años han sostenido este proyecto social.

“Estoy muy feliz de ver a toda la gente, a todas las compañeras que vinieron a apoyarnos. Estoy muy agradecida con la respuesta de la comunidad y de los empresarios que siempre nos han apoyado. Vienen cosas muy buenas; tenemos muchos proyectos y estamos seguros de que, con la ayuda de todos, Wayak seguirá creciendo”, comentó emocionada.

El impacto del Centro Comunitario Wayak se refleja en el apoyo anual que brinda capacitación a más de 650 personas a través de talleres, asesorías y actividades productivas; ofrece atención a 750 niñas, niños y adolescentes en formación en deportes y otras áreas de desarrollo artístico. Sin embargo, Gómez destacó que para alcanzar sus metas a futuro es crucial la colaboración de todos, incluidos los nuevos actores en el sector turístico y gubernamental, que pueden ayudar a fortalecer los programas en beneficio de los habitantes.

Más que un centro comunitario, una gran familia

Con el respaldo de la Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ) se creó el programa de preparatoria abierta, que permite a los jóvenes y adultos retomar sus estudios y completar su educación, y que en este 2024 ya suma 38 graduados e inicia una tercera generación.

Uno de los testimonios que reflejan el impacto de Wayak es el de Uriel Quijano Ruiz, quien llegó a Mahahual hace una década, atraído por la demanda laboral en el turismo. Aunque dejó sus estudios de preparatoria para integrarse al sector, con el tiempo comprendió la importancia de retomar su educación para mejorar sus oportunidades laborales. Así, decidió inscribirse en el programa de preparatoria abierta que ofrece Wayak. Hoy, Uriel no solo ha concluido la preparatoria, sino que también ha iniciado sus estudios universitarios en Derecho.

“Wayak me abrió las puertas y me brindó la oportunidad de crecer. Le diría a los jóvenes que no abandonen sus estudios, que busquen más allá del trabajo temporal, porque la educación es la clave para abrir nuevas puertas”, enfatizó.

El centro no solo se ha limitado a ofrecer servicios educativos; también organiza actividades recreativas y culturales que enriquecen la vida de la comunidad. Entre ellas destacan cursos de música, talleres de reciclaje y manualidades, y visitas al aviario local, entre otros eventos que promueven la convivencia y el desarrollo social de las familias de Mahahual. Para Uriel, Wayak también es pilar en la educación de su hija de 10 años, quien ha participado activamente en las actividades del centro, desde juegos y dinámicas hasta clases de inglés y música.

Diez años de un sueño hecho realidad por su comunidad

Mariana Perrilliat, una de las fundadoras de Wayak, recordó los inicios del centro como un sueño compartido para rescatar un espacio público abandonado y convertirlo en un lugar seguro y accesible para todos.

“Wayak nació como un sueño, como una idea para recuperar un espacio donde la niñez, las juventudes y las mujeres pudieran desarrollarse. No había nada más que el deseo de cambiar nuestra comunidad”, compartió. Desde entonces, el centro ha crecido para ofrecer desde actividades recreativas hasta cine, teatro, murales y capacitaciones de diversa índole. Con la totalidad de los niños y niñas de Mahahual participando anualmente en sus programas, Wayak se ha convertido en un referente para otras comunidades que también buscan fomentar un desarrollo integral.

Perrilliat expresó que el mayor reto y responsabilidad para el futuro de Wayak es asegurar su sostenibilidad y expansión, sobre todo en la zona del kilómetro 55, donde se concentra la mayor parte de la población juvenil de Mahahual.

“Queremos que este espacio siga creciendo para que más personas puedan beneficiarse. Necesitamos convertir espacios abandonados en lugares donde la gente pueda realizar sus sueños, y Wayak es el primer paso en ese camino”, afirmó.

Con diez años de servicio, Wayak no solo celebra su historia, también se proyecta hacia un futuro lleno de posibilidades, reafirmando su compromiso de ser un espacio inclusivo que inspire y motive a la comunidad.

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