Por Mayra Sierra / Inteligencia Colectiva
Chetumal, Quintana Roo.- La marcha denominada “Generación Z” dejó al descubierto un fenómeno preocupante: la mezcla entre el descontento y la manipulación por parte de grupos claramente opuestos al gobierno.
Aunque hubo participación juvenil motivada por inquietudes reales sobre seguridad y justicia, también es evidente que actores políticos aprovecharon el momento para dirigir, amplificar y deformar el sentido original de la protesta.
“Resulta controversial usen como herramienta a muchos de los jóvenes —beneficiarios de becas educativas impulsadas por el propio gobierno— para confrontar al Estado.”
“Resulta contradictorio que muchos de los jóvenes presentes -beneficiarios de becas educativas impulsadas por el propio gobierno- se usen como herramienta en una estrategia mayor para confrontar al Estado.”
La indignación no puede convertirse en arma de quienes buscan sembrar caos y desestabilizar, mucho menos cuando se aprovechan de programas sociales que han beneficiado precisamente a quienes participaron en esta movilización.
Es necesario separar el legítimo ejercicio de protesta del oportunismo político que intenta secuestrar las causas ciudadanas.
“La polarización, disfrazada de ‘movimiento generacional’, no construye soluciones reales y se agrava cuando actores manipulan a jóvenes y adultos que reciben apoyos del propio Estado para marchar contra quienes han trabajado para mejorar sus condiciones de vida.”
El país necesita diálogo, responsabilidad y liderazgo auténtico, no campañas que convierten la inconformidad en espectáculo y a la ciudadanía en instrumento.
Por Mayra Sierra / Inteligencia Colectiva

