Un equipo de científicos logró documentar, por primera vez, la presencia de un pez diablo negro en la superficie del océano.

Este sorprendente evento tuvo lugar en las aguas del archipiélago canario, a solo dos kilómetros de la costa de Tenerife.

La organización Condrik-Tenerife, especializada en el estudio de elasmobranquios, compartió el increíble hallazgo luego de que la bióloga marina Laia Valor avistara al ejemplar y diera aviso a un grupo de investigadores y fotógrafos para registrar el momento.

El Melanocetus johnsonii, comúnmente llamado pez diablo negro, es una especie de la familia de los melanocétidos.

Se caracteriza por habitar en aguas profundas, entre los 200 y 2,000 metros de profundidad, lo que hace que su avistamiento en la superficie sea un hecho sin precedentes.

David Jara Boguñá, fotógrafo especializado en vida marina, explicó que, hasta ahora, solo se habían documentado larvas, ejemplares muertos o grabaciones submarinas del pez diablo negro.

Sin embargo, este nuevo registro muestra a un espécimen vivo en la superficie, en plena luz del día, algo nunca antes visto.

Esta enigmática criatura es fácilmente reconocible por su color oscuro, sus afilados dientes y una singular antena luminosa que sobresale de su cabeza.

Su método de caza es tan peculiar como efectivo: usa una estructura bioluminiscente para atraer a sus presas, simulando una fuente de luz en la penumbra del océano.

Según el  Monterey Bay Aquarium, el pez diablo negro «utiliza una especie de ‘caña de pescar’ en la cabeza cuya punta brilla en la oscuridad.

Cuando los animales incautos se acercan, el depredador los devora con su enorme boca y afilados dientes».

Uno de los aspectos más intrigantes de esta especie es su sistema reproductivo.

Los machos, que son considerablemente más pequeños y carecen de aparato digestivo, se adhieren al cuerpo de las hembras hasta fusionarse con ellas.

Durante este proceso, su cuerpo se atrofia, y solo permanecen sus gónadas para liberar el esperma cuando sea necesario.

Esta forma de reproducción parasitaria sigue siendo un misterio para los científicos, ya que muy pocos ejemplares han sido estudiados en su entorno natural.

A pesar de su aterradora apariencia, este pez no representa una amenaza para los humanos.

Según National Geographic España, debido a su hábitat en las profundidades del océano, es extremadamente raro encontrarlo cerca de la superficie.

El reciente hallazgo de Condrik-Tenerife representa un avance en la investigación de esta especie, permitiendo a los expertos conocer más sobre su comportamiento y adaptación.

Por Héctor Tenorio / Fuente: organización Condrik-Tenerife

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