La propuesta de declarar Bacalar como Área Natural Protegida (ANP) sigue generado controversia y rechazo entre empresarios y bacalarenses.
En el 2017, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas con Amigos de Sian Ka’an y el gobierno estatal, impulsó esta propuesta para proteger Bacalar.
Por lo cuál los habitantes del municipio de Bacalar, declararon su profundo rechazo a la iniciativa de ser Área Natural Protegida.
Nicanor Piña Ugalde, coordinador del programa Pueblos Mágicos, sostiene que esta medida podría beneficiar principalmente a políticos y grandes empresarios.
Estos se beneficiaran con terrenos en la zona, afectando negativamente la economía las inversiones y actividades turísticas.
A estas inquietudes se suma la reciente ampliación de las instalaciones militares que se dan en la laguna de Bacalar.
En 2020, la 34 Zona Militar de la X Región Militar, ubicada en el municipio, recibió reportes sobre las condiciones inadecuadas para el personal militar.
Por lo que se llevaron a cabo mejoras en las instalaciones en las orillas de la laguna de bacalar
Además, en 2023, la Sedena anunció la instalación de dos nuevas bases militares en la región sur del estado,
Una de ellas en el municipio de Bacalar, con el objetivo de aumentar la vigilancia en las comunidades aledañas donde se han reportado grupos delincuenciales.
Estas acciones han generado preocupación entre los habitantes, quienes temen que la creciente presencia militar pueda derivar en nuevas regulaciones y restricciones que limiten el desarrollo económico y turístico del municipio.
Piña Ugalde argumento que la iniciativa de convertir a Bacalar en ANP fue promovida por ambientalistas que no residen permanentemente en la zona y que según él, desconocen el impacto económico que esto podría generar.
Entre los pobladores uno de los principales temores es que se repita lo ocurrido en Sian Ka’an, donde se beneficiaron principalmente a empresarios y políticos
Ambos grupos previamente adquirieron terrenos y ahora controlan la actividad económica en la zona.
Los opositores a la iniciativa reconocen la necesidad de proteger la laguna y el ecosistema local,
Sin embargo consideran que esto debe realizarse sin que se frene el crecimiento del municipio.
Mientras los ambientalistas argumentan que la medida es esencial para la conservación del ecosistema.
Los empresarios y residentes temen que esto obstaculice el desarrollo local y limite las oportunidades económicas para quienes viven de manera permanente en el municipio.