La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció un nuevo plan nacional de seguridad con el objetivo de fortalecer la inteligencia y la investigación para combatir los delitos de alto impacto en el país.
A pesar de esta propuesta, el enfoque del plan se mantendrá alineado con las estrategias implementadas por su antecesor, manteniendo el despliegue militar en las calles y evitando confrontaciones directas con los cárteles de la droga.
Sheinbaum delineó cuatro pilares fundamentales de su plan: atacar las causas de la violencia a través de programas sociales, consolidar la Guardia Nacional bajo el mando del ejército, crear un sistema nacional de inteligencia y fomentar la cooperación entre autoridades federales, estatales y locales.
La mandataria dejó claro que continuará con la política de “no confrontación” con las organizaciones criminales, en contraste con la estrategia de guerra contra el narcotráfico implementada durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), la cual resultó en miles de muertos y graves violaciones a los derechos humanos.
“No vamos a regresar a una guerra contra el narcotráfico que solo trajo más violencia y sufrimiento al pueblo mexicano”, afirmó Sheinbaum.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, detalló que el plan incluye la creación de un nuevo sistema de inteligencia e investigación que integrará a todas las agencias de seguridad del país. Según García Harfuch, este enfoque permitirá desarrollar estrategias más efectivas para enfrentar a los grupos delictivos que operan en diversas regiones.
Uno de los puntos más polémicos del nuevo plan es la consolidación de la Guardia Nacional bajo la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), un cambio que ha generado preocupaciones sobre una posible militarización de las tareas de seguridad pública. Sin embargo, García Harfuch defendió la decisión, argumentando que se busca “maximizar las capacidades” del ejército para enfrentar la violencia.