Ángeles Cruz ha sufrido en carne propia la discriminación, el odio y el rechazo. Incluso, la violencia le arrebató lo que más amó en la vida.
Pero, a pesar de todo lo malo que ha vivido, en su rostro siempre se dibuja una gran sonrisa por las bendiciones que recibe día a día, en sus ojos se proyecta un anhelo de esperanza y su semblante siempre es de una mujer valiente, que lucha incansablemente por disfrutar de su trabajo, de su vida, de los que la rodean.
Ángeles Cruz estudió actuación en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes y emprendió su carrera como actriz en 1994 participando en proyectos como “El jardín del Edén”, “La hija del puma”, “El anzuelo” (1996) y “La otra conquista” (1998).
Entre sus primeros trabajos destacaron los que realizó en televisión, en melodramas como “Cuando seas mía” (2001), “La duda” (2002), “Alma legal” (2008), “Capadocia” (2008) y unitarios, principalmente en “Lo que callamos las mujeres” y “Un día cualquiera”.
En el rubro cinematográfico participó en “Zapata. El sueño del héroe” (2004); “El violín” (2005) y “Marcelino pan y vino” (2010).
Sus recientes trabajos como actriz fueron “Tamara y la catarina” (2016), cinta que la hizo acreedora a un premio en el Festival de Cine Huelva y participaciones en series como “El Chapo” (2017), “Un extraño enemigo” (2018), “Malinche” (2018) y “Aquí en la tierra” (2018).
En 2021 debutó como guionista y directora de un largometraje titulado “Nudo mixteco”, una película que alberga tres historias diferentes, de confrontación, incertidumbre, dolor, abusos y señalamientos, todas entrecruzadas dentro de una comunidad de la mixteca oaxaqueña, regida por usos y costumbres.
Con “Nudo mixteco”, la directora ganó el Ariel a Mejor Ópera Prima y, para su siguiente largometraje “Valentina o la serenidad”, que está por estrenar en septiembre, tiene otra nominación a los premios Ariel en la terna de Mejor Guion Original, en la edición de este año.
Con información de Froylan Escobar Lara