En el panorama de la ganadería mexicana, el ganado Cebú emerge como un pilar fundamental desde su llegada a nuestras tierras en 1923. Originario de la región entre la India e Irán Oriental, este rumiante ha demostrado ser una pieza clave en la evolución y sostenibilidad de nuestro sector ganadero.
Con una presencia que domina aproximadamente el 60% de la ganadería nacional, el ganado Cebú no solo se distingue por su distintiva joroba y orejas largas, sino también por su capacidad única para adaptarse a las condiciones climáticas y geográficas de México.
En contraste con las razas europeas, el ganado Cebú muestra una resistencia superior al calor y una notable tolerancia a enfermedades tropicales y parásitos.
Estas características no solo reducen la necesidad de tratamientos intensivos, sino que también promueven una ganadería más sostenible y económicamente viable.
La introducción del ganado Cebú no solo ha diversificado las opciones de producción ganadera en México, sino que también ha fortalecido el concepto de ganadería de doble propósito, siendo responsable del 19.5% de la producción nacional de leche y del 50% de la producción de carne.
Esta versatilidad ha posicionado a México como el séptimo productor y comercializador de carne bovina a nivel mundial, gracias a la bondad genética y la disponibilidad de la raza cebú en nuestro país.