Más de 500 objetos, entre ellos numerosas ofrendas halladas en las últimas décadas en las ruinas del gran Templo Mayor mexica, serán expuestos a partir del miércoles en el museo Quai Branly de París.
Tres cuartas partes de las piezas de ese tesoro arqueológico nunca han sido expuestas fuera de México, y algunas serán vistas por primera vez en público, tras casi medio siglo de excavaciones en el corazón de la capital mexicana, junto a la catedral.
“Mexica. Ofrendas y Dioses en el Templo Mayor” presenta por primera vez en Europa los últimos hallazgos de los arqueólogos, según los comisarios de la exposición en el Quai Branly, especializado en artes indígenas.
«Mexica” y no “azteca”, puesto que así se identificaban a sí mismos los miembros de ese poderoso imperio, instalados en el centro de México en el siglo XIII y que vivió su momento de esplendor justo antes de la llegada de los conquistadores españoles, en 1519.
El Templo Mayor de la ciudad imperial, Tenochtitlán, fue destruido y sus ruinas sepultadas para edificar la capital de la Nueva España, hasta su redescubrimiento en 1978.
Tras un video de introducción histórica, el visitante se topa de entrada con un enorme cuauhxicalli o vaso de piedra tallada en forma de águila.
El recipiente servía para recoger los corazones y la sangre de los sacrificados en el Templo.
Sociedad guerrera y regida bajo unos códigos religiosos estrictos, los mexicas adoraban a una constelación de dioses (de la guerra, la lluvia, la muerte, la fertilidad etc) que exigían sacrificios humanos y animales de forma constante.
La sala principal de la exposición muestra las ofrendas más espectaculares, animales, humanos y objetos que se han ido hallando en el recinto del Templo, como por ejemplo el esqueleto de un lobo que tras ser sacrificado, fue enterrado con adornos de oro, como corresponde a un animal considerado guerrero.
También hay cráneos humanos, algunos con cuchillos sacrificiales insertados en las órbitas de los ojos, o en lugar de la nariz.
Información AFP